19 julio 2006

desMITIficando (rompiendo el mito)


Un día, el hechicero de la tribu entró de sopetón en la choza del médico. Tras una máscara y a grandes voces gritaba:

«¡Soy CHUMBALAÍ, hechicero-jefe de los TOROTOTONGA!¡Soy la voz del gran dios GONORREA a quienes los TOROTOTONGA veneran!¡GONORREA no estar bien!¡GONORREA estar enfadado con hombre-medicina!¡Ser malo!¡Los TOROTOTONGA ser un gran pueblo!¡Muchos hombres y mujeres!¡Los TOROTOTONGA ser pueblo elegido por GONORREA!¡Los TOROTOTONGA sólo poder ser sanados por ÉL!¡Así lo marca la tradición de los TOROTOTONGA!¡Medicina empobrecer la sangre de los TOROTOTONGA, hacer abortar a sus mujeres, secar sus campos y envenenar a sus bestias!»

Conmovido y alertado por estas palabras, el médico vio la luz. Esa misma noche abandonó el pueblo y se dirigió a la aldea lejana de GONGONGO donde se encontraba la escuela de hechicería. Por fin había comprendido que lo que salvaba a la gente no era la medicina, sino la fe en el gran dios GONORREA.

...

Suena ridículo ¿verdad?

Pues ¿tanto se diferencia una máscara de una mitra?¿o un alzacuellos?¿o un turbante?¿o una sotana?¿o una túnica?...

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