23 febrero 2009
¡Cobardes!
La estrategia es más antigua que Atapuerca: tirar la piedra y esconder la mano. Es de cobardes y por tanto efectiva, de ahí que TODOS LOS DÍAS la veamos aplicada en telediarios y prensa.
Todo el que hace o dice una gorda -un desfalco, unas declaraciones retrógradas, una falsa acusación, un acto vandálico- acto seguido pide RESPETO hacia él, sus ideas y los suyos. Si la protesta persiste, proclama que lo acosan, que todos están conchavados y que es la víctima de una trama urdida.
¿Y sabeis lo más curioso? Que esta estrategia iguala a alcaldes y asalta chalets, abogados y prostitutas, obispos y macarras, ministros y estafadores, reinas y neonazis. Todos viven de nosotros. Eso sí, al atracador no le pasamos nómina.
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