23 enero 2010
La SGAE no se corta un pelo
Cuando uno piensa que no se podía rozar el absurdo va alguien y te demuestra lo contrario. Me refiero a la SGAE y su codicia, que han llegado a exigir un impuesto a las peluquerías por el hecho común de tener un aparato de radio encendido, argumentando como siempre el supuesto beneficio económico que ello genera. ¿Quién se cree esa insensatez?
En mi vida he escogido una peluquería por el hecho de tener una radio encendida o incluso música puesta. Es más, en general me molesta mucho que mientras me pasan la tijera, tener que tragarme un programa infumable de una emisora local, la canción del verano o una retrasmisión de un partido de fútbol. Si se escoge es por precio, buen hacer, limpieza, localización o simpatía, no porque Bisbal suene por megafonía.
Lo peor es que incluso se está pensando aplicar lo mismo ¡en los taxis! ¿Conoceis a alguien que se suba a uno por escuchar a Juan Manuel de Prada desproticar durante todo el recorrido?¡¡¡Si nos deberían indemnizar!!!
Se abusa porque se puede. Se abusa porque se sabe que un peluquero o una taxista no es un banquero, que los enviaría a zurrir mierdas con un látigo mientras pincha por el altavoz de la sala el último disco en mp3 que se ha bajado su nene por descarga directa.
P.D.: ¿Para cuando un canon para la música en los ascensores?
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