06 septiembre 2008
La caducidad del hombre del tiempo
Hay profesiones que con el abance de la tecnología y el cambio de las costumbres, se vuelven obsoletas y quedan como oficios para el recuerdo, anecdóticos o plenamente minoritarios y artesanales. El romanero, el talabartero o el tonelero, serían tres ejemplos a los cuales me gustaría que las cadenas de televisión añadireran el de hombre/mujer del tiempo.
Es que no se concibe que con los medios videográficos que existen hoy en día, tenga que salir un señor o señora a señalarnos con el dedito por donde va a llover como si fuésemos gilipollas. A eso hay que añadir el agravio que por su culpa sufre desde hace años el Levante español. Debido a un tema de composición, el presentador se sitúa por la parte derecha de la pantalla, mirando hacia la izquierda y tapa con su cuerpo TODA la zona geográfica citada, lo cual supone que para poder ver si nos va a hacer sol el fin de semana en Murcia hay que esperar a que el presunto desplace el esternón (altura a la que suele estar situada esta región) para poder cazarlo al vuelo ya que segundos después y para despedirse, suele desplazarse al centro de la pantalla tapando todo el territorio nacional.
Gracias a Dios, que en muchas cadenas ya no realizan estas prácticas, sustituyendo al tipo/a por una voz en off y un recorrido virtual, monísimo de la muerte, por las diferentes regiones patrias e incluso por las capitales europeas. De esa manera, si te preguntan en el bar qué tiempo hace en Batrislava, puedes decir lo de "se esperan ligeras precipitaciones con rachas de viento de fuerza dos".
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