09 diciembre 2006

El suspenso en geografía de Arguiñano


Mapa de Levante

Leo en laverdad.es:


Yo, que siempre he pensado que nacionalismo (venga de donde venga) es sinónimo de fascismo, en este caso aparco diferencias y reafirmo en parte, lo dicho por los señores de la Real Academia de Cultura Valenciana.

Leed bien el titular, ya que está redactado de una manera imprecisa y malintencionada. Cualquiera creería que los valencianos no quieren ser confundidos con los murcianos (cosa que desgraciadamente es real y lo he podido comprobar in situ) pero en realidad lo que denuncian es lo alineante de la definicón del término "Levante" en el diccionario de la RAE:

«Nombre genérico de las comarcas mediterráneas de España, y especialmente las correspondientes a los antiguos reinos de Valencia y Murcia.»

Lo que piden es que se les defina como grupo por su cultura, no por su localización geográfica y menos por una tan sumamente genérica. No tiene para nada que ver un habitante de Burriana con uno de Alquerías. También coincido en que es un término muy frecuentemente utilizado en los medios de comunicación, y si no fijaros en Arguiñano cuando quiere referirse a ciertos platos de las zonas de Valencia o Murcia, dice «los arroces de la zona de Levante» (por ejemplo) , mientras que si nombra un plato en concreto vasco, catalán, gallego o castellano es capaz de señalar el pueblo de donde es originario con precisión milimétrica.

Ahora, con lo que no estoy de acuerdo en absoluto es con que se trate de «una clara marca del centralismo más fulminante» ya que «desde el punto de vista estrictamente geográfico, cuando el hablante se sitúa en el centro de la Península Ibérica, pero para un hablante situado en las Islas Baleares Levante sería Italia o Grecia». Desde luego, para infantilismos se las pintan solos.


Nota: Lo que no sé es cómo le sentará la noticia tanto a los redactores del periódico «Levante», como a los jugadores del equipo de fútbol.

1 comentario:

Pilar M Clares dijo...

Impresionante, lo he leído esta mañana y me he quedado muerta. Otos , como los obispos con la cosa del matrimonio, que se creen que las palabras son suyas y que pueden ponerlas y quitarlas cuando les sale. ¡Lengua para todos! -y no de bicho, que con esa ya contamos-. Vergüenza (así va hejpaña, desmiti)