31 julio 2009

Refritos, Callejeros, el Castigador, un pobre mejicano y acidez de estómago


Refritos, Callejeros, el Castigador, un pobre mejicano y acidez de estómago

No descubro nada nuevo si afirmo, que si se pone la tele en verano sólo se ven refritos, plato que uno traga si no hay mejor entretenimiento en el menú. Lo malo de estos, es que suelen ser indigestos, como a mí me ocurrió con una reposición del programa de "Callejeros" dedicado a los mayores puntos de entrada de droga en España.

Uno de ellos era el aeropuerto de Barajas en Madrid. En él, una reportera daba testimonio de la labor de un secreta, el cual se paseaba discretamente (vestía una vistosísima camiseta del "Castigador") entre los viajeros que arrivaban. Su misión consistía básicamente en detectar sospechosos sin mayor herramienta que su intuición, la cual le llevó a detener "preventivamente" y ante las cámaras a un señor bajito, cincuentón, calvo y con bigote -en resumen, poca cosa- por las siguientes causas:

  1. Observársele nervioso. En nada influenciaba el estrés de diez horas de vuelo, o el orientarse en un aeropuerto caótico o que fuese la primera vez que visitaba España.
  2. Proceder de México. Si hubiese sido de San Sebastián ¡terrorista seguro!
  3. No aparentar ser el ingeniero que demostraban sus papeles. Aquí se delató "Castigador" afirmándole a la reportera: "Cómo va a llevar esas pintas el ingeniero químico de una empresa TAN importante".

El caso es que al pobre charro lo dirigen al cuarto de los rayos X, en presencia de la cámara del programa, la reportera de pregunta nerviosa y "Catigador el intuitivo". ¿Adivinais lo que pasó a continuación? Que ese señor SÍ resultó ser ingeniero químico, trabajador de una gran empresa , ciudadano legal e INOFENSIVO. "Castigador" finalmente lo largó con un "¡Ale! Ya puede seguir su camino" a lo que le faltó decir "Y a ver si la próxima vez nos vestimos mejor ¡cojones!. Con lo que tiene usted que ganar y va vestido como un delincuente".

Ni una puta disculpa.

Si quedó clara una cosa es que los métodos policiales para la prevención, salvo excepciones, son en su mayoría subjetivos y poco fiables. Una lotería regida por estereotipos y simplismo. Y no creais que eso sólo ocurre aquí. En todas partes cuecen habas. Leo en 20 minutos:

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