23 julio 2006

¡Ni que los obispos se pudieran quedar preñados!



Leo una noticia en «La Verdad» que me llama la atención (e incluso me alarma): «En 3 años, las murcianas han recurrido más de 32.000 veces a la píldora del día después por haber tenido relaciones sin protección».

Leo en una base de datos de la Universidad de Navarra (¡qué curiso que esté allí! :D) un documento de la Conferencia Episcopal Española, escrito el 27 de abril de 2001, sobre el tema.

Y ahora me pregunto: si Jesucristo, durante la Cuaresma, además de vivir en la austeridad, hubiera llevado el ayuno hasta el extremo de NO BEBER ni una gota de líquido, durante cuarenta días, actualmente, la Iglesia Católica ¿iniciaría una campaña en contra de que se le echase cloro al agua porque eso sería INCITAR a la bebida?¿considerarían que la mejor medida contra la sed sería la ABSTINENCIA de beber?


Nota: Antes de que alguien asalte los comentarios, y diga que por abstinencia sexual nadie muere, y por deshidratación sí, argumentar en mi defensa que se trata tan sólo de una simple metáfora. Ya sabeis, cosas de poetas, novelistas y dramaturgos. Y recordad que a los literatos no se les entierra en el campo santo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno el post. A mí también me ha llamado la atención el titular, porque tufaba a reproche. Esa es una costumbre made in Hispania: Toma medidas, leyes, lo que quieras, que ya se encargará mi vecina de juzgar a quienes las utilicen como si fueran ilegales. Pero coño, pues para eso está la píldora...!!! No nos quitamos la pluma fachamralista así que pasaran cientos de años.
Un saludo