El esnobismo es un buen acicate publicitario y así lo deben pensar los de Bodegas Torres. El caso es que han innovando sacando su coñac (Torres 10 y 5) y vino dulce embasado en spray para uso culinario.Según han explicado en prensa, de esta manera la persona puede darle un "toque de aroma" a los alimentos y es un sustituto de la "incómoda" petaca.
Y aquí viene el problema: estamos en el bar y... ¿de qué manera rociamos el solo? Porque las mujeres están acostumbradas a un uso sutil del rociador de perfume, pero ciertos hombres sólo lo han tocado para matar moscas con el insecticida o darle una capa de pintura al coche. Así me imagino a más de uno "matando" la taza a la manera del "Cucal" o pringando toda la mesa cual grafitero con Parkinson.
Nota: por si alguien se le ocurren "otros usos en cuestión de comer", deciros que ya está inventado. En una entrevista a Tele 5, el responsable de las bodegas, explicaba que habían recibido una carta de agradecimiento de un cliente, que lo había probado con su pareja (lo que no especificó era si la pareja era chico o chica).
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