20 septiembre 2006

El dilema del centímetro chino


centímetro chino

A ver. Va a uno y la jodía Naturaleza le concede dos dones carentes de encanto: por una parte ser chino y por otra tener un pene de ¡un centímetro! (lo que científicamente se denomina penis de penæ.) Harto de que durante cuarenta años, los amigos te cuenten chistes del tipo «¿Qué tiene un chino entre las piernas? Un tirachinas» y «Se abre el telón. Se ven a cien chinos en la cumbre de una montaña, meando hacia el mismo lado. Se cierra el telón ¿Cómo se llama la película? El valle de las cien colinas» y harto también de que tu mujer no sepa si te está masturbando o llamando al ascensor, decides operarte.

Consultas a un médico y te pone las cosas claras. Es una intervención difícil, por lo delicado de la zona. Tú te miras de refilón tu tachuelilla y gritas:«No hay nada que perder.» Finalmente un día entras en el quirófano; son quince horas de sueño agitado y voces en tu cabeza.

Poco a poco te vas despertando. Te sientes como si te hubieran dado una paliza. Escuchas al médico decir, «la operación ha sido un éxito.» Todo el mundo a tu alrededor sonrie. Te da miedo mirar, pero notas algo en la entrepierna. Finalmente ves un gran paquete de vendas que cuelga. Un chute de autoestima te recorre la cara. Has notado que el paquete pesa.

Pasan mas días y una mañana el médico decide quitarte el vendaje. Tarda un cuarto de hora desenvolviendo las vendas una por una. Estás nervioso porque notas que el peso se va desvaneciendo y finalmente alguien te pide que mires. Entre yodo y costurones ves algo marchito que apenas abulta: se trata de ¡un pene de diez centímetros!

...

Nunca antes se había oído en el Hospital de Guangzhou semejante alarido, ni tampoco habían visto pegar semejante brinco de la cama a un convaleciente. Dos fornidos enfermeros te tienen que desincrustar de la cara del aterrado doctor mientras no paras de bramar:«¡¡¡YO LO QUERÍA COMO EL CIRUELO DE NACHO VIDAL!!!»


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