Si alguien quiere saber quien era este imbécil, que lo lea en
la Wikipedia. La noticia aparece en
elmundo.es.
Lo que más me jode es la cantidad de dictadores que mueren en su cama, sin que les moleste ni una mosca. Tan tranquilos y habiendo recibido los Santos Sacramentos y la Bendición Apostólica de Su Santidad...
¡así se pudran todos!
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